lunes, 6 de junio de 2016

Actualidad

Ministro, embajador y ¿prófugo? “Y allá va el general con su Estado Mayor…”

Piden antejuicio contra exministro de Defensa, José Atilio Benítez

Es acusado de traficar armas


Benítez se desempeñó como ministro de Defensa durante parte de la gestión del expresidente de la República, Mauricio Funes. | Foto por Archivo
Por Eugenia Velásquez - elsalvador.com2.jun.2016 | 16:15
El fiscal general de la República, Douglas Meléndez, pidió esta mañana el antejuicio en contra del embajador de El Salvador en Alemania y exministro de la Defensa, Atilio Benítez, por supuestos hechos de corrupción, específicamente por comercio ilegal y deposito de armas ilegales, por actos arbitrarios y estafa cometidos cuando era ministro de Defensa en 2011.
"Los hechos están enmarcados en el marco del decreto legislativo 25 que entró en vigencia en mayo de 2009 que amparaba al ciudadano que podían legalizar armas, aprovechando eso esta persona legalizó en el registro de armas, 30 armas de guerra y cortas que fueron legalizadas fuera del tiempo de ley, algunas eran armas utilizadas en la guerra entregadas por el general (Orlando) Zepeda", afirmó Meléndez.
Vamos a esperar una respuesta de la Asamblea Legislativa, abonó Meléndez.
Añadió que los hechos han sido determinados por medio de pruebas balísticas en las que se revela que les cambiaron algunas partes.

1.    El desacato a Funes: Al  teniente coronel Domingo Monterrosa “lo seguimos viendo como héoe”

“Los intocables”
Benjamín Cuéllar, sábado, 17 enero 2015

No se trata del grupo de la llamada “época de oro” del rock guanaco, que colocó éxitos como “Qué difícil es” y “Todo parece cambiar”. Tampoco de las andanzas de Eliot Ness y sus agentes, combatiendo la mafia en Chicago allá por la década de 1930. Ni de los delincuentes de “cuello blanco” que han hecho de las suyas en El Salvador, en perjuicio de sus mayorías. Fuera de la banda musical nacional que varias opiniones sitúan como la mejor entre 1960 y 1970, los otros dos casos citados tienen que ver con crimen organizado. Pero es de otra expresión del mismo, lo que ahora interesa comentar. De una cuyos miembros disfrutan en el país de la total impunidad, bendecida por quienes antes se enfrentaron a balazos y bombazos para que ahora –veintitrés años después del fin de la guerra− coexistan política y pacíficamente más allá de los berrinches partidistas, electoreros, parlamentarios y mediáticos.

Hoy, en el marco de otro aniversario más del último acuerdo entre el Gobierno y la guerrilla de entonces, firmado en el castillo de Chapultepec…


2.    Pero con Funes, “cayó parado”

martes, 28 de abril de 2015

Un buen consejo: marchando van

Benjamín Cuéllar

“Se necesita algo de llanto y entonar un dulce canto, para sentirse capaz de reclamar por la paz que necesitamos tanto...” Bastante llanto se derramó y se sigue derramando, tanto en este país como en el resto del llamado “triángulo norte de Centroamérica”. Pero, además, esa letra del mexicano Marcial Alejandro reclama entonarle estrofas a la gran ausente –desde siempre– en estas heredades: la paz. “Artistas unidos” le ofrendaron una “rola” en 1992, tras el fin de aquella guerra salvadoreña; aceptable era su letra, pero se quedó corta. Luego, “Músicos unidos” se lanzaron de igual forma en pos de ese sueño postergado, como parte de una campaña de las Naciones Unidas iniciada al comienzo de la presente década. “Yo decido vivir en paz” llamaron a su simpática y pegajosa tonada. Sin embargo, ¿hoy qué queda oír? Más lamentos y llantos lastimeros, con fondo musical de… ¡tambores de guerra!

Ya anunciaron las actuales autoridades al más alto nivel, la creación de batallones de reacción inmediata para “limpiar” el país de delincuentes…


3.      Y nunca se dejan ayudar, pues sus intereses no son los de la gente

Una propuesta. ¿La toman o la dejan?

Benjamín Cuellar Martínez


Hace ocho días, el domingo 20 de junio del 2010, fue incinerado un bus del transporte público en Mejicanos. En esa ciudad vecina de la capital de mi país, San Salvador, murieron en el instante –en un solo instante infernal– más de diez personas; entre las víctimas fatales se encontraba una niña cuyo paso en este mundo apenas alcanzó los dieciocho meses. En los días inmediatos luego del bestial suceso la cifra se incrementó hasta alcanzar las dieciséis, de treinta y una que viajaban en el vehículo. Casi simultáneamente, fueron ametralladas dentro de otro bus tres personas: dos niñas y un hombre.

Ese fin de semana se contabilizaron más de cincuenta asesinatos en un país donde hace más de dieciocho años terminó una guerra que produjo antes y durante la misma, según los cálculos más aceptados y quizás más conservadores, setenta y cinco mil muertes violentas entre la población civil no combatiente a lo largo de entre tres o cuatro lustros; hay que agregarles más de ocho mil personas desaparecidas y una abundante cantidad de detenciones ilegales y víctimas de torturas.

Por lo que se ve, los acuerdos que pusieron fin al conflicto armado no fueron lo suficientemente magnánimos con una Patria que…


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